Resumen

En un centro universitario de rehabilitación y de atención integral, como el CURAI, la investigación en terapia ocupacional no es solo un logro académico, es una herramienta directa para mejorar lo que hacemos cada día. Investigar permite objetivar y comprender nuestras intervenciones, identificar por qué ciertas estrategias funcionan mejor que otras en determinados contextos y con ciertas personas, y ajustar lo que no está dando resultado. Cuando investigamos dentro del propio servicio, la evidencia que generamos es más relevante porque surge de nuestras poblaciones reales, de nuestro contexto institucional, de nuestras demandas concretas, y no sólo de literatura importada o de experiencias de otros países o situaciones. Además, la investigación transforma el propio servicio: permite afinar los procesos, argumentar decisiones clínicas con indicadores y no sólo con opiniones o tradición, y posicionar al equipo como productor de conocimiento, no solamente consumidor. Eso refuerza la identidad profesional, mejora el intercambio interdisciplinario y brinda más peso para negociar recursos, tiempos y dispositivos. Y a la vez es un acto ético: si trabajamos en rehabilitación, tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que nuestras intervenciones sean pertinentes, útiles y de calidad. Investigar no es “algo extra”: es parte de cuidar mejor. Los expositores plantearán por qué surgen las investigaciones y los propósitos de éstas.

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