Resumen

Identificar la estructura subjetiva no implica realizar un diagnóstico, sino que constituye un elemento fundamental para orientar el tratamiento psicoanalítico. En la práctica con sujetos que presentan un funcionamiento psicótico (ya sean psicóticos ordinarios o con psicosis clínicas), es importante distanciarse tanto de la posición de intérprete como de la de Maestro, adoptando una postura de igualdad capaz de mantener una conversación psicoanalítica con el sujeto. Esta conversación está dirigida por una oposición al exceso de goce del Otro y se basa en la ética psicoanalítica, que impulsa a no desear nada para el sujeto, por lo tanto, a apoyarse en sus ideales y construcciones, en lugar de las suposiciones contratransferenciales del analista. Se observa una gran diversidad en la práctica con sujetos con funcionamiento psicótico, pero parece posible identificar dos enfoques principales para orientar la conversación psicoanalítica sobre el goce: uno busca dar sentido al exceso de goce de los fenómenos elementales, mientras que el otro busca encauzar el goce a través de un objeto libidinalmente investido. En el primer caso, el tratamiento puede generar un mito psicoanalítico co-construido, que sugiere "un núcleo de verdad histórica" (Freud), aunque este mito resulta reconfortante cuando el sujeto lo acepta. También puede lograr llegar a un acuerdo con un sentido molesto que ya está presente, encapsulando el delirio de manera que sea compatible con la vida social. En el segundo caso, el tratamiento tiene como objetivo establecer una suplencia a través de una actividad artística, profesional u otra, que logre construir un vínculo social. Esta es la solución más favorable. Sin embargo, el encauzamiento también puede lograrse a través del apoyo de un ser querido o del analista, lo cual es más precario, ya que depende no solo de la presencia y disponibilidad de este último, sino también de su capacidad para ofrecer palabras reconfortantes. Centrándose en calmar el goce desregulado más que en descifrar el inconsciente, el psicoanálisis aplicado al sujeto con funcionamiento psicótico previene la aparición de la erotomanía de transferencia, que podría poner en peligro el tratamiento.

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